Dejar huellas
Una de las actividades que más alegra a los infantes del preescolar es la actividad de impregnar sus huellas en una hoja en blanco, por lo menos lo era cuando hace algunos años era maestra de estos pequeñines….
Ver el reflejo de algo muy nuestro, nos llena de orgullo, nos compromete, nos invade un espíritu innovador que nos alienta a seguir nuestro camino dejando una marca, un sello, una huella que siempre permitirá a los demás evocar en su memoria nuestro recuerdo.
En la actualidad muchas personas se esmeran en hacer bien las cosas, muchas veces, no nos detenemos a analizarla; tal vez por la vida tan agitada, por las múltiples cosas que tenemos que atender al mismo tiempo, por las eventualidades de la vida o más bien por la razón que sea.
No nos permite detenernos en las pequeñeces, y más bien reciclamos cosas, realineamos ideas de otros o simplemente nos ajustamos a las reglas impuestas aun cuando no entendidas o asimiladas.
Esto, muy al contraste de un mundo laboral que cada vez se vuelve más exigente, que requiere de profesionales multidisciplinario, que puedan innovar, adaptarse al cambio pero que sean emprendedores….. Todo eso al mismo tiempo, algunos sucumben en el intento y otros luchan hasta alcanzarlo, a veces de manera simple, sencilla y fácil, lo cual no necesariamente es sinónimo de improductivo.
Dejar una huella, es el reevaluar lo que hacemos cada día, tomarnos un tiempo para analizar de forma objetiva (hasta donde nuestra subjetividad se niegue a existir) y ver de que manera podemos alinear nuestros procesos, hacerlos de la mejor manera, en el mejor tiempo y que el resultado sea positivo para la operación que estamos ejecutando, a nivel de procesos y sistemas eso es una huella.
Pero también (y como siempre quiero irme más allá), dejar una huella tiene que ver mucho con esa parte humana que debemos fomentar cada día, con no olvidar los detalles, ese saludo, esa retroalimentación a tiempo, ese buscar soluciones antes que penalidades, ese fomentar el compañerismo y la unión, esa parte que toca y eleva la moral de los demás, que es empático en los momentos difíciles y sabe llevar con altura las situaciones complejas de la vida laboral.
Hay personas que siempre recordaremos en nuestras vidas, en muchas ocasiones lo que más recordamos de ella es su parte personal, no necesariamente conocemos el nivel educacional o cuantos proyectos realizo, aun cuando estos logros son reconocidos y bien visto, nunca debemos dejar de pensar y analizar ese equilibro de debe existir en nuestra vida profesional, lo cual nos ayuda a trabajar en los distintos roles que nos asignan de manera tal que el trabajar se convierta en una pasión, en un desafío, no así, en una tortura o sufrimiento.
Las huellas, sin lugar a dudas son nuestro legado el cual siempre se espera sea positivo, ejemplos a aseguir, procesos a replicar, enseñanzas que puedan seguir multiplicándose, es pasar por un lugar y dejar una parte de nosotros.
Innova: Implementa mejoras que agilicen tus procesos, servicios, o tiempo de respuestas; de tal manera que tus clientes internos o externos se sientan satisfechos con el servicio recibido, la nitidez de la respuesta y expresen la confianza que tienen en tu trabajo.
Involúcrate en un proceso de Mejoramiento Continuo: de la manera que puedo verlo es un proceso interno que tiene que ver contigo mismo: es mejorar activamente la forma en que generamos ideas, es dejar un poco a tras el viejo paradigma y adaptar nuevas y mejores formas de hacer las cosas; antes de que eso impacte en nuestro trabajo debe producirse un cambio en nuestro interior (mente). Después sucede un proceso a lo externo lo cual impacta directamente nuestro trabajo, nuestro departamento y por supuesto nuestra organización, cuando buscamos mejorar nuestra manera de hacer las cosas, cumpliendo siempre con las normas internas, es como comprar un ticket a un vuelo a la luna, es algo nuevo, excitante, da un poco de temor…. Pero siempre viene con ello una experiencia que bien aplicada puede darnos mejores beneficios.
